Descubre cómo adelgazar después del embarazo

Categorías: Bienestar

Por: Fernanda Escobedo

www.ferescobedo.com

¿Cómo adelgazar después del embarazo? Esta es una preocupación recurrente entre quienes acabamos de dar a luz y mi mejor recomendación es que lo tomes con calma.

El milagro de ser madre y la importancia de la labor que tienes en tus manos es muchísimo más grande e importante que tu apariencia (y no con esto digo que te olvides de ti misma, al contrario) mi punto es que el enfoque no debe ser el bajar de peso sino nutrirte y comer con consciencia porque de la calidad de nuestros alimentos dependerá la calidad de la leche podamos producir y dar a nuestro bebé.

Bajar de peso es tan solo la consecuencia de nuestras buenas elecciones así que te invito a tomar en cuenta los siguientes principios básicos:

1) Principio de individualidad

Todos somos diferentes y comemos por diferentes razones: para adelgazar, para nutrirnos, para tener un mejor desempeño físico, por placer,  por gula, por ansiedad, por depresión, para compartir/celebrar etc. En cada uno de estos casos nuestras elecciones serán muy diferentes; por otro lado es importante considerar que no a todos nos caen bien los mismos alimentos. Hay quienes tenemos sensibilidad y/o intolerancia a ciertos alimentos (por ejemplo: lácteos, gluten, etc…) y finalmente, hay quienes nacimos o desarrollamos cierta condición o simplemente tenemos ciertas preferencias  y por ello optamos por alimentos específicos como por ejemplo, quienes son veganos, crudiveganos, carnívoros, etc…

Por lo anterior considero que es mucho más importante escuchar al cuerpo y tratar de entender los mensajes que éste nos manda (que no necesariamente se sienten en el estómago); debemos dejar de hacer caso a las recomendaciones de los medios masivos de comunicación como TV o revistas, libros o blogs para bajar de peso o cualquier persona que sin tener conocimiento profundo de nutrición nos recomienda a todos las mismas dietas que no toman en cuenta nuestra etapa, estilo de vida, condición médica o nutricional, preferencias culinarias o incluso costumbres alimentarias.

Un excelente indicador de si estás o no comiendo los alimentos correctos para tu organismo es analizar tu nivel de energía:

  • Al despertar ¿brincas de la cama lleno de energía o presionas el botón de “snooze” 5 veces antes de lograr levantarte?
  • Después de comer ¿te quedas casi dormido frente a la computadora de la oficina por ahí de las 3-4 de la tarde?

2) Factores Bioquímicos

En el cuerpo humano se llevan a cabo innumerables procesos bioquímicos entre los cuales podrían mencionarte: estructuras lógicas y claras de pensamiento, digestión, sueño reparador, etc.

Para ello, es fundamental la presencia de vitaminas y minerales como por ejemplo el magnesio que es responsable de llevar a cabo 300 funciones bioquímicas diferentes (para tu información, este nutrientes es el más deficiente en la dieta de todas las personas porque solo puede obtenerse por los alimentos que comemos y desafortunadamente no muchos comemos suficientes vegetales que son la principal fuente de magnesio).

Dicho esto, no es de sorprendernos que nos cueste trabajo recuperarnos después de un arduo día de trabajo o de una dura rutina de ejercicio porque sí, adivinaste, ¡para que esto suceda es FUNDAMENTAL la presencia del magnesio!.

Con este punto me parece que queda bastante claro que no importa cuantas proteínas, grasas o carbohidratos ingiramos, pues si no consumimos suficientes vitaminas y minerales, no tendremos “cemento para unir los tabiques de nuestra casa” y no con esto digo que tenemos que ir corriendo a la farmacia y comprar Centrum o cualquier otro complemento nutricional, sino que TENEMOS que incluir en la dieta suficientes vegetales. ASI DE SIMPLE.

Una buen manera de incrementar la cantidad de micronutrientes en la dieta es empezar nuestras mañanas con un jugo o smoothie verde.

3) Nutrición

Este punto es probablemente el más simple pero el más difícil de explicar por la historia que nos han contado los medios por muchos años y que sugiere que tenemos que comer menos (contar calorías) y ejercitarnos más (mínimo 30 minutos al día) para tener una deficiencia calórica y así lograr bajar de peso.  Pero la realidad es que no es así; el cuerpo no es una máquina ni una calculadora y definitivamente no son lo mismo 1500 calorías de papitas que 1500 calorías de brócoli.

La comida debe entenderse, no sólo ingerirse. 

La mejor manera de nutrirnos adecuadamente es teniendo información básica sobre lo que comemos, pues cada alimento ingerido propicia la liberación de enzimas, hormonas, etc…

Tomemos por ejemplo la insulina: esta se libera al ingerir carbohidratos y cuya función es bajar los niveles de azúcar en la sangre.  No nos extrañemos cuando al ingerir demasiados carbohidratos estemos dañando a nuestro hígado y páncreas, y dañar a nuestros órganos es mucho peor que subir de peso. Toma en cuenta que puede haber gente muy delgada o fit con un importante daño hepático y viceversa, gente con sobrepeso con un daño orgánico relativamente menor.

No es solo cuestión de comer mas proteína y menos grasa o más grasa y menos carbohidratos sino de tener un balance adecuado de macro-nutrientes de alta calidad (porque tampoco es lo mismo una barra de proteína comprada en GNC que una pechuga de pollo orgánico con guarnición de ensalada y vegetales).

La recomendación es comer algo de proteína en TODAS las comidas (desayuno, comida y cena), adicionar SIEMPRE grasas buenas (aceite de coco, aguacate, oliva, semillas y nueces y/o ghee) y no olvidar JAMÁS el poner en el plato la mayor cantidad de vegetales variados. Este es a mi parecer la base de un auténtico Plato del Buen Comer.

4) Emociones

Esto es algo de lo que se habla poco pero tiene mucho impacto en la capacidad que tiene el organismo de quemar grasas eficientemente. Cuando se está estresado/preocupado/angustiado/ansioso, etc. se está sobrecargando determinada parte del cerebro: sistema nervioso simpático o parasimpático; el primero es responsable de regular las funciones de alerta o defensa del cuerpo (como cuando estamos en peligro) y el segundo regula las funciones de descanso, digestión, reparación y reproducción.

En nuestros antepasados se activaba el sistema nervioso simpático cuando el cuerpo tenía que prepararse para luchar o huir (por ejemplo ante la persecución de un animal salvaje) pero ahora que vivimos en un entorno relativamente seguro lo que activa esta parte del sistema nervioso es nuestra percepción de peligro/angustia/ansiedad/miedo que es casi siempre algo mental, como por ejemplo:

  • Pararse frente a un público exigente para dar una plática.
  • Estar atorado en el tráfico y no llegar a tiempo a una cita.
  • Tener que salir corriendo de la oficina para llegar a tiempo y recoger a los niños en la escuela.
  • Llevar a los niños a su clase de natación, bañarlos temprano, evitar que peleen con l@ herman@, terminen la tarea, asegurarnos de que merienden bien y se duerman temprano para que puedan despertar sin problema al día siguiente (y tú también).
  • Y la lista sigue…

¿Te suena? Parecieran eventos triviales, pero en realidad tu cuerpo lo percibe como huir de un gran peligro TODO EL TIEMPO.  Eventualmente habrá una afectación en ti.

La  importancia de saber cuál parte del sistema nervioso está en operación radica en el tipo energía que estaremos utilizando, es decir, si la percepción es que tenemos que “escapar del animal salvaje” entonces la fuente de energía preferente será aquella que nos aporte energía casi instantánea, osea glucosa, pero si estamos en calma y lo que necesitamos es energía duradera y de alta calidad, la fuente de energía preferente será grasa… obvio si lo que queremos es bajar de peso, lo que necesitamos es quemar grasa.

Está ampliamente demostrado y comprobado que la única forma de cambiar la percepción de urgencia/miedo/ansiedad, etc. (y  cambiar de glucosa a grasa como fuente de energía preferente) es extender la duración de nuestra exhalación y por ello es importante incluir en nuestro día prácticas de ejercicio o relajación que involucren respiraciones largas y profundas, por ejemplo Tai Chi, Yoga, meditación y por supuesto, pensamientos positivos.

Poco a poco en nuestro Blog iremos profundizando en cada uno de estos puntos pero regresando a la pregunta de “¿Cómo bajar de peso después del embarazo?” te recomiendo 4 puntos que estoy segura puedes seguir al pie de la letra:

  • No pienses en bajar de peso sino en nutrirte. Sé indulgente, quiérete, consiéntete y escucha a tu cuerpo porque éste te dará la respuesta de lo que es mejor para ti.
  • Empieza tu día con un gran vaso de jugo verde o smoothie si no te quieres perder los beneficios de la fibra y vitaminas vivas que tu organismo absorberá como una poderosa aspiradora.
  • ¡No cuentes calorías sino nutrientes! Incluye un poco de proteína en todas las comidas, adiciona siempre una o más grasas buenas como aguacate, coco, oliva, nueces/semillas o ghee y no olvides poner siempre muchos vegetales y hojas en tu plato.
  • ¡Reléjate y respira! Trata de hacer varias pausas en el día para respirar lenta y profundamente (sobre todo cuando te sorprendas nervios@, preocupad@, ansios@ y/o enojad@)

Cuéntame cómo te fue con estas recomendaciones dejando un comentario a este artículo o envíame un email a: hola@ferescobedo.com